¿Qué materiales necesito para hacer bandejas sensoriales?

Ya hemos visto que hacer bandejas sensoriales, tanto en casa como en la escuela, puede ser beneficioso, pero, ¿qué necesitamos para hacerlas?, ¿nos va a costar mucho?

Pues la verdad es que no. Las bandejas sensoriales son una de las actividades más económicas de realizar, porque usamos materiales que ya tenemos en casa o que podemos encontrar fácilmente en la escuela.

Para empezar necesitamos un contenedor. Podemos usar desde una bandeja de IKEA hasta una caja de almacenamiento de ropa. Los únicos requisitos son que sea un poco grande para permitir el movimiento (no usaremos un tupper, por ejemplo), y que tenga los bordes altos para evitar que se derrame el material con facilidad (no nos serviría, por tanto, una bandeja plana de horno, pero quizás si una honda).

Otra cosa que necesitamos y que ya nombramos en la entrada anterior son los recipientes, muy importantes en este tipo de juego, como pueden ser: botes, boles, platos, vasos, flaneras, cucharas, medidores… cualquier cosa que pueda contener y pueda ser usado para traspasar el material de un lado a otro. De hecho, también pueden usarse pinzas, espumaderas, cucharones o pinzas de tijera que pueden hacer más entretenido el juego y pueden ayudarnos a trabajar la psicomotricidad fina.

También podemos usar (de manera opcional pero ayuda mucho) una sábana grande debajo del contenedor. Así, a la hora de recoger ¡será mucho más fácil!

Luego necesitamos un material base. Y en este punto nos detenemos un momento, ya que hay detractores de usar alimentos para las bandejas sensoriales por el hecho de «derrochar» la comida, pero personalmente debo decir que tengo almacenadas unas alubias desde hace más de 3 años y aún jugamos con ellas y están en perfecto estado. Todo dependerá del tipo de grano que usemos y de cómo lo usemos. Así pues, en el caso de que te dé igual usar comida para las bandejas sensoriales, puedes usar:

  • Granos: arroz, alubias blancas o negras, garbanzos, lentejas…
  • Pasta: espirales, macarrones, espagueti, sémola
  • Harina: blanca, de maíz, pan rallado
  • Agua (líquida, sólida, semisólida): hielo, bolas de hidrogel…
  • Cereales: copos de avena, granos de maíz
  • Masas de juego caseras (plastilina, oobleck, arena mágica…)

Si por el contrario no quieres usar productos alimentarios, puedes usar:

  • Bolas de algodón
  • Pompones de colores
  • Arena de todo tipo, desde la de cuarzo hasta piedras decorativas de pecera, pasando por la arena kinética o la arena mágica.
  • Hierbas aromáticas, como la lavanda, el romero…
  • Plumas, ya sean de verdad o sintéticas (aunque lógicamente el tacto de las plumas de verdad será mucho más sensorial).
  • Espuma de afeitar
  • Jabón (líquido o en espuma)
  • Masas de tipo «slime» (cuidado con el bórax)

Y por último tenemos el material específico de juego, es decir, cosas que añadiremos a la base para que el juego sea más didáctico, por ejemplo:

  • Figuras de animales (si queremos trabajar los animales del océano, por ejemplo).
  • Letras (ya sean de madera, en imán…) para trabajar la lectoescritura.
  • Materiales naturales como conchas, piedras volcánicas…
  • Pequeños tesoros: piedras preciosas, las piezas de un puzzle, discos con borde metálico, materiales plastificados…
  • Lupas, imanes…

Os dejo una presentación en la que he esquematizado todo el material:

En la próxima entrada os explicaré una manera muy sencilla de teñir los granos para que queden de colores y sean más atractivos.

¡Gracias por leerme!

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